El limbo de San Lorenzo

San Lorenzo no está muerto, pero tampoco está muy vivo que digamos. Y no es que siga a flote porque pelee, como dice la frase, sino más bien por una cuestión de inercia antes que de rebeldía ante la adversidad. El Ciclón está en esa zona gris donde se tienen que tomar decisiones para saber el destino final. Porque, después de la derrota contra Atlético Tucumán, todo parecía indicar que pelear el torneo ya era una utopía. Pero el gol casi agónico de Patronato lo devolvió al limbo. 
Resultado de imagen para en coma
San Lorenzo está en un limbo porque el técnico Diego Aguirre no sabe si apostar a la experiencia de los más grandes o inclinarse por la frescura de los pibes.  Porque parece que no se decide entre enfocarse en la Copa o en el certamen local, y le termina yendo mal en los dos frentes. Y todas estas dudas se retroalimentan, se agrandan, y aplastan a técnico y jugadores como una bola de nieve que rueda desde la final perdida por 0-4 ante Lanús en el 2016. Ese encuentro sembró en tierras sanlorencistas lo que hoy crece en forma de incógnitas. ¿Debería Aguirre darle más tiempo a Leandro Romagnoli? ¿Debería ser Fabricio Coloccini el central titular? ¿Cuál es exactamente el rol de Gonzalo Bergessio en este plantel?

Y cargando todas estas inseguridades, los de Boedo fueron a Tucumán a ver qué salía. Y en eso se toparon con un equipo lo bastante seguro de sí mismo como para ganar sin demasiadas complicaciones.  En esta nube de incertidumbres el único que brilla con luz propia es Fernando Belluschi. El volante es el único que juega y se mueve sin ataduras. Pero no sirve para contagiar a sus compañeros, quienes siempre parecen estar pensando en el partido anterior o en el próximo, pero nunca en el que están jugando. Así va a ser difícil.
San Lorenzo está en coma. Su respirador artificial esta fecha fue Patronato. Ahora es el momento: decidir o rendirse. 


M. López Echagüe.
@maleg24

Comentarios