No hay optimista que aguante

Innumerables eran en la previa los aditivos del partido entre Newell's y Estudiantes de La Plata. Podemos mencionar el inusual horario de las 11 am, la pelea por no alejarse de Boca en la punta del campeonato, la utilización de muchos jóvenes por parte de ambos entrenadores, quienes apuestan a su idea (y bastantes resultados obtienen), la predisposición de los leprosos para llenar la cancha un sábado santo a la mañana. Todas cuestiones, que a priori, hacían parecer que quienes tuvieran la suerte de estar en sintonía con el match, verían uno de los juegos de la fecha. 
Pero no. Simplemente, no. El partido se tornó sumamente táctico, friccionado, aburrido. 
En el primer tiempo hubo alguna que otra arremetida de los históricos de Newell's, que con más ganas que fútbol, buscaron romper el cero.
Irrompible, no le servía a ninguno pero parecían cómodos en ese resultado, después de todo, no dejaba de ser un sábado mañanero con dos días no laborables anteriores, y los futbolistas también son seres humanos.
Aún, pese a todo, el segundo tiempo generaba expectativas. Los aditivos del comienzo del partido continuaban y algunos periodistas se animaron a decir: "Tras las charlas técnicas, esto cambia".
Otra vez, equivocación. Error pensar que algo iba a cambiar.
Lo más interesante del segundo tiempo fue una caída del ingresado Augusto Solari, que lo hizo rodar por las escaleras del banco del local. 
Por suerte, no pasó a mayores, pese al enojo del nieto del Indio Solari con Voboril, la caída quedó en la nada. Como el partido, que sólo sirvió para darle otro gusto a la mañana del sábado, eso sí, con sabor a poco.

Intentar retratar el partido con una foto, se hizo difícil. Por eso, prefiero premiar a la gente, en mi opinión, lo mejor de la mañana.





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