Conigol



Y allá va él. A veces resistido, otras aclamado. Lo cierto es que no es tan conocido, tal vez porque viene de jugar en el ascenso un año atrás. Sin dudas su apellido es de esos que la gente memoriza rápido, pero sin saber las condiciones futbolísticas del hombre en cuestión.

“Coniglio”, como Caraglio. También surgido de Central. No, caballero, no es el mismo. Suena, pero no.  Fernando tiene 25 años, y es uno de esos jugadores que un gran paso por el ascenso lo catapultó a la máxima categoría.

Como Zampedri, entre otros. Y como le pasará a Tobías Figueroa, Rodrigo Salinas y Facundo Pumpido. Es de esos que, quienes lo verán brillar en Primera preguntarán: ¿Dónde estaba este pibe antes? Claro, como Bou.

No tiene los mejores números desde su llegada a Olimpo: marcó cinco goles en 21 partidos. Pero muestra “cositas” diferentes. A veces los jugadores necesitan un tiempo para explotar su máximo nivel.

Ayer, cuando las papas quemaban y Olimpo se hundía en el descenso, apareció Coniglio. Por dos. Aquel delantero que supo salir de Central, donde pasó sin pena ni gloria. El nueve que ilusionó a Chacarita con un ascenso casi imposible debido a la campaña que realizó Talleres la temporada pasada.


Coniglio es de esos jugadores que de un día para el otro se ganará un lugar importante en el equipo que represente. Uno de esos héroes. Tendrá rachas, como todos. Sufrirá errarse goles tontos, como todos. Pero hará feliz a muchos por su indudable calidad, como pocos.

@nicogianfra
Nicolás Gianfrancesco

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