Diagnóstico granate


Lanús demostró ser en su momento un equipo temible, contundente y vistoso. Pero desde aquella victoria en la que no dejó dudas ante San Lorenzo en la final del torneo argentino, el granate viene sufriendo lo que algunos pueden llamarle científicamente amnesia global transitoria.

Los síntomas que nos hacen percibir este padecimiento en Lanús son notorios y están a simple vista. Este torneo, pero por sobre todo este año 2017 no le ha caído nada bien al equipo del sur dirigido por Almirón, y no solo por los resultados que se vieron desfavorables en muchos tramos de la competición sino que a veces la frustración viene dada por no lograr concebir ese juego que lo llevó a ser campeón años anteriores.
Tampoco pretendemos ser tan exigentes y pedirle que mantenga la excelencia durante tanto tiempo, pero acá encontramos el síntoma que nos conduce a diagnosticar el estado de amnesia. Durante los partidos Lanús parece recobrar la memoria y de manera espontánea juega de la misma manera que lo hacia el año de su consagración.
Esto no genera ninguna discusión teniendo en cuenta que los artífices de aquel campeonato, si bien han variado, se han mantenido en su mayoría. El reproche es que el juego no dura mucho tiempo y la amnesia vuelve a tomar el control total la mayor parte de los partidos.

Los resultados volvieron a aparecer, el funcionamiento también, por momentos en Paraná no se sintieron comodos con las salidas desde el fondo y Patronato los complicó, así y todo pudieron ganar por 2 a 0 y aumentar esta ilusión de recobrar la memoria de manera permanente. ¿En el Sur? Ellos temen de esta enfermedad que los azota y que les genera cierta inestabilidad a la hora de planificar a futuro. 

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