El uno para el otro



   Al emperador Julio Cesar se lo recuerda por muchos atributos entre los que se destacan su liderazgo militar y sus históricas victorias que le permitieron a Roma ampliar su territorio. Los libros de historia cuentan que el emperador tuvo numerosas conquistas amorosas siendo su romance con Cleopatra el más conocido. Pero lo que los libros de historias contarán en el futuro es que el emperador Julio Cesar fue el gestor de una de las historia de amor más apasionante del presente: la de Darío Cvitanich y Banfield.
   Fue un 26 de octubre del 2003 en Bahía Blanca cuando al emperador Julio Cesar se le ocurrió mandar a un joven de 19 años al campo de batalla. Su ejercito fue derrotado pero él advirtió que así como los libros de historia inmortalizaron el amor prohibido entra la diosa de la belleza Afrodita y Adonis un simple mortal, esa tarde quedaría en la memoria como el inicio del romance entre Banfield y Cvitanich o entre al que algunos consideran un Dios rindiéndole tributos todos los fines de semana en el templo Florencio Sola y un simple mortal.
   Día tras día, semana tras semana, año tras año, Julio Cesar observaba como Cvitanich y Banfield se iban enamorando. En el 2008 apareció el Ajax y con once millones de dólares se llevó al delantero. Todos pensaban que ese era el fin de la historia, pero Cvitanich sabía que Banfield era para él y Julio Cesar sabía que Cvitanich y Banfield eran el uno para el otro y por eso a principio de este año se encargó de volverlos a unir.
   Actualmente, fin de semana tras fin de semana, Cvitanich y Banfield se demuestran todo su amor  y lo transmiten a su alrededor logrando que sucedan cosas inimaginables. El último sábado contra Temperley una fotógrafa envuelta en ese clima de cariño, afecto, y pasión, decidió consolar al delantero, después que le anularan un gol.

   Cuando Cvitanich se retiraba el sábado, la gente lo ovacionaba y lo aplaudía para hacerle sentir lo que todos ya sabemos: que él y Banfield son el uno para el otro. Una vez ya consumando el 3 a 1 sobre Temperley, el emperador Julio Cesar se fue caminado,  tranquilo, con un cigarro entre sus labios sin importarle que nadie recuerde como nació una de las historias de amor más apasionante del presente, ya que sabe que los libros de historia se encargarán de contar eso en el futuro.
                                                                                                                     @leandro_demora

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