Ataca San Juan, desesperado por el empate tras el gol de Menossi, con muchísima complicidad de Ardente. Pumbaa, de afuera y pelotazo en la cara al 26 de Tigre que pasó de gritar el gol a no saber dónde estaba.
El primero que llega a auxiliarlo es Javi García, y en ese momento, cuando todas las miradas están puestas en el bienestar del cinco de Tigre, que ahora juega de ocho, mi mirada se desvía.
Me fui un momento del partido, un momento que me pegó fuerte y por eso opté en compartirlo con ustedes.
García fue corriendo a socorrer a Menossi, y se quedó con él. Hacía frío, caían algunas gotas, la cancha estaba difícil. Y el arquero de Tigre, para palear eso, metió un look de potrero, potrero de verdad. Me remontó a cuando iba a jugar a alguna plaza y me creía Schiavi, terrible.
Soquetes Nike blancos, envolvían el pie de García, quien no conforme con ser el antifútbol con esos soquetitos se los puso por encima del pantalón, para que no penetre el frío supongo.
Divino, una imagen que me llegó al alma. Existen mil formas de combatir una tarde friolenta de invierno con ropas deportivas que para los futbolistas no son difíciles de comprar o conseguir. El ex Boca fue a la rústica, bien de campito, bien de fútbol de barro con pelota desinflada.
En una tarde de otoño, en donde no brilló el buen juego ni el despliegue ni ningún factor que pueda hacer pie en la emotividad, Tigre, que sabe más que nadie que el 2017 no estaría siendo su año, empató en uno con San Martin de San Juan, a quien el 2017 tampoco le sienta bien.
Fue un empate en un duelo de necesitados, no de puntos porque a ninguno lo acechan los promedios, pero sí de goles, triunfos y confianza.
Un empate, sin mucho más que un par de situaciones erradas por Luna y Janson y la expulsión de Gelabert.
Por eso, para mi Tigre ganó, por el look de García.
Tomás Pardo.
@TPardo08
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