Las grandes hazañas arrancan como pequeños
sueños que a medida que va transcurriendo el tiempo se vuelven más grandes y
finalmente se cumplen. Las hazañas, aparte
de lágrimas, suelen generar héroes que quedan inmortalizados en la memoria de
todos. El fútbol (afortunadamente para los que amamos este deporte) nos regala
muchas de estas historias que en situaciones difíciles la recordamos para inspirarnos
y ayudarnos a creer que todo es posible.
Un ejemplo del párrafo anterior lo podemos hallar esa noche en la que la
selección uruguaya silenció a todo un
estadio repleto de hinchas que habían ido a ver como Brasil se llevaba su
primer campeonato mundial y finalmente fueron testigos del nacimiento de una
palabra que empezó a recorrer el mundo y que la suelen utilizan los abuelos cuando
le cuentan historias de héroes a sus
nietos: “Maracanazo”. O sino también ese
día cuando Diego Armando Maradona agarró la pelota en su propio campo y empezó
a correr desparramando en su camino a cuanto rival se le cruzaba mientras un
país o porque no decir el mundo coincidía en que estaban asistiendo a la jugada
más espectacular que sus ojos veían y verían en sus vidas.
Actualmente
el fútbol argentino genera que toda una ciudad se ilusione con una hazaña. En
Junín saben que es difícil que Sarmiento pueda permanecer en primera ya que a
tres fechas del final del campeonato se encuentra último en la tabla de los
promedios y no depende de sí mismo para salvarse. Pero la victoria de esta noche
contra Defensa y Justicia por 1 a 0, con el tercer gol consecutivo de Brian Fernández,
le sigue dando oportunidades de soñar y como acaba de twittear un amigo “ningún
sueño es muy grande y ningún soñador es tan pequeño”.

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