En la cuna del ganar como sea, Estudiantes saco a relucir su mística
y en los últimos minutos le arrebató de las manos los tres puntos al renovado
Arsenal de Humberto Grondona. “Los partidos no se merecen, se ganan” habría dicho
algún filosofo sentado en la plaza pública de Grecia luego de ver alguna épica contienda de aquellos días.
“Los partidos no se merecen, se ganan” dirán hoy los hinchas
de Estudiantes luego del partido del lunes antes Arsenal. Los cambios le dieron
la victoria a un equipo de Matozas que no encontraba respuesta dentro del
campo. Melano a los 35 y el ecuatoriano Christian Aleman a los 40, todo en el
tiempo complementario, para dar vuelta un partido que algunos daban por
perdido.
A pedido del gran mentor Bilardo, Estudiantes empezó la Súper
Liga como no podía ser de otra manera, ganó sin merecer el triunfo en todo el
partido, pero hacia el final termino de convencer a propios y extraños por su ímpetu
y empuje abrumador.
Ganar, ganar
y ganar, ellos siguen con su premisa, ¿y quién se atreve a decirle algo?, ¿yo?,
sería el menos indicado, ¿vos?, ¿quién sos?, ¿sus hinchas? están chochos,
¿quién? NADIE, hasta sus ancestros lo avalan.
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