La eternidad del Pulga

Cuando Luis debutó en primera división, en 2004, tenía solamente diecinueve años y en Racing de Córdoba mostró sus primeras armas
en ataque. Atrás había quedado la experiencia de jugar en el Inter de Italia con tan solo catorce años.
Tres años después de su debut en Córdoba, volvió a su tierra natal y se puso la camiseta de Atlético Tucumán, sin saber siquiera que su nombre sería frase de tatuajes, camisetas, oraciones religiosas e incluso confesiones de amor. Los hinchas del Decano lo toman como el máximo ídolo de la Institución y hasta llegaron a proponerlo para las elecciones de aquella provincia gracias a su gran cuota goleadora -está solo a cinco goles del máximo goleador de la Institución-.
Desde hace más de diez años que juega ininterrumpidamente en el club de sus amores. Fue goleador en dos ascensos del elenco Tucumano a primera división, convocado por Maradona a la Selección Argentina e incluso sueña con llevar a su equipo a la obtención de una Copa Internacional.
Hay cosas que se terminan en la vida pero hay otras que parecen eternas. Seguramente el destino sea injusto y algún día Luis Rodríguez deba abandonar el fútbol, pero sus goles se seguirán gritando, sus tatuajes seguirán ilustrando el cuerpo de los fanáticos y su leyenda se hará -aun más grande- con el paso del tiempo.
El tiempo muchas veces es el mejor elemento para el olvido ya que según afirman los expertos el tiempo todo lo cura. Pero en este caso el tiempo se hace amigo del destino y se vuelve eterno para la Pulga, quien no solo es el máximo ídolo, sino que también será el goleador eterno del elenco Tucumano.
El domingo, en la primera fecha, Atlético Tucumán volvió a desplegar un fútbol vistoso y superó a Godoy Cruz 2-1 en condición de local.

¿Hace falta decir quien fue la figura y el autor del gol?

La eternidad...

@facuiturbide



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