Cada día lunes, la Superliga
cierra su fecha con dos partidos, antes eran los postergados por algún motivo,
hoy son parte del calendario previamente estructurado por la dirigencia de este
torneo que pretende tener todo pactado de antemano. Uno de los dos partidos
jugados fue el de Unión contra Gimnasia y Esgrima de La Plata, a la postre un
partido de dos equipos irregulares.
Así lo demostraron en el campo de
juego y no es que yo quiera defenestrar el juego de ninguno de los dos, porque
entendiendo sus necesidades cada uno jugo a la suya. Gimnasia equipo que
siempre muestra destellos de buen fútbol (cuando lo dejan) busco, busco pero
sus goles se quedaron todos en aquel 4 a 4 frente a Defensa y Justicia.
Por su parte Unión fue más
precavido, y como lo indican los manuales, aprovechó la oportunidad que se le
presentó, marcó el gol y después se aferró a su ventaja como un niño a su mamadera. Y es obvio, los tres puntos le venían bárbaro.
Convengamos que como niño encaprichado a veces se le escapo algún que otro llanto porque Gimnasia quería un
poco de su cena y lo hizo pasar sobresaltos, pero el Tatengue se amarro fuerte y no lo dejó escapar.
En fin
quien pudiera decirle algo, la gente festejó la primera victoria del torneo y el
lobo volvió a bosque sin nada en los bolsillos pero con la certeza de que este
puede ser el camino indicado.
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